viernes, 11 de diciembre de 2015

1-. Compañeros de viaje - Regreso a Boldonia

 Vai caminaba en la retaguardia de su grupo, vigilante, ya que, el grupo de los estalianos llevaba la mayoría de pertrechos de la columna en el carro, de modo que el joven tenía que estar más atento que nunca. Tras descansar en la ciudad de Kurdenwald, la dejaron atrás temprano por la mañana y decidieron intentar llegar a Middenheim ese mismo día. La mayoría de los miembros de las compañías estaban nerviosos y a la vez ansiosos de llegar a la emblemática ciudad, ya que, querían ver en qué estado se encontraba después del asedio, otros en cambio, como la compañía el Chelin Quebrado acabarían su andanza allí, ya que, decidieron asentarse y reorganizar su compañía en la capital de Middenland.

 El joven estaliano, frenó a su caballo y se giró, mirando el camino que habían andado. No había rastro del último grupo, de modo que iban a buen ritmo. La mayoría de las compañías de mercenarios se habían disuelto y las que no, habían menguado drásticamente. Casi ninguna de las que viajaba en la columna llegaba a la decena de miembros, excepto la Banda Pluma Negra que en los últimos días aumentó su número bastante. La columna iba dividida en cuatro grupos formados por distintas compañías, a la cabeza iban los numerosos bretonianos. Los Pluma Negra eran 17 hombres, la mayoría de miembros combatió con Vai y se formó un vínculo muy fuerte entre bretonianos y estalianos. Estos, se especializaban en cuestiones de rastreo, caza y preparación de emboscadas. Gerard el negro, fué un experimentado forajido en Bretonia, hasta que pusieron precio a su cabeza. Por ello, decidió huir al Imperio con sus hombres y empezar de nuevo, alquilando sus servicios y los de sus hombres al mejor postor. En las últimas semanas, Gerard estaba reorganizando la banda y reclutando a los bretonianos que se encontraba por el camino, haciéndola mas grande y efectiva.

 Vai se estaba quedando demasiado atrás, así que azuzó al caballo para que galopara hasta el carro. Al caballo le costó reaccionar, el muchacho notó la inquietud del animal. Se dio cuenta de que era su culpa, le temblaban ligeramente las manos y transmitía su nerviosismo al animal. A Vai le costaba centrarse, a su izquierda se encontraba el sombrío bosque de Darkwald y a su derecha las laderas de las Montañas Centrales. "Es el sitio perfecto para una emboscada", pensó para sus adentros. Tocó el cuerno que le colgaba a un lado, seguía ahí, en caso de problemas tocaría la señal y la compañía del Sol Sangriento acudiría en su ayuda. El joven restó importancia a sus miedos y al desamparado paisaje y galopó hacia su grupo. Entre los Pluma Negra y la compañía estaliana, caminaba el grupo de la compañía del Sol Sangriento, que era reacia a ser acompañada por ninguna otra más. Esta compañía de mercenarios de Averland destacó en Sylvania y en las Milicias de Stirland, por su extravagancia y lo que es más increíble, por su incomparable suerte. Dirigida por el senil Geronte, salieron con vida de numerosas emboscadas y ataques suicidas, dirigidas por su líder. Después de haber caminado por las malditas calles de Mordheim, se planteaban viajar lejos del Imperio para conocer nuevas tierras. Entre los hombres de las demás compañías e incluso de la compañía del Sol Sangriento se rumoreaba de que una maldición cayó sobre Geronte en Mordheim, ya que los que estuvieron con él en la ciudad, afirman que desapareció durante semanas y volvió a aparecer como si nada hubiera pasado, con el espíritu de un jovenzuelo; otros simplemente creen que es un chiflado con demasiada suerte. Sea como fuere, el anciano capitán ha conseguido reunir 11 de las mejores espadas de alquiler de Averland bajo su mando y sigue cosechando éxito tras éxito, allá donde va.

 Al de pocos minutos, alcanzó de nuevo a su grupo de estalianos, que iba acompañado de la Compañía Tetera. Su grupo era diferente a los demás, entre los estalianos reinaba un aura de pesimismo debido a la traumática experiencia que vivieron en Sylvania, por ello y porque casi todos los dirigentes estalianos murieron en esa campaña, muchos estalianos no dieron señales de querer seguir trabajando como mercenarios y no refundaron una nueva compañía. Casi todos solo querían volver a casa y encontrar nuevos trabajos y modos de vida. Entre las demás compañías les llamaban simplemente, los estalianos, aunque en la práctica si funcionaban como una compañía real, la carencia de un líder les hacía estar a la sombra de las demás compañías. Aun así, de los 10 estalianos que viajaban de vuelta a casa, Pere, Mauro, Marco, Donel y Vai decidieron que refundarían la compañía de Myrmidia Stier en nombre de sus compañeros caídos y de su gran maestre Gergorio Valdez, una vez asentados en Estalia. Pero, en el fondo todos sabían que aquello no tendría futuro, ya que, cada uno vivía a kilómetros de distancia del otro, en diferentes reinos de Estalia. Cuando cruzaran el río Brionne viajarían primero a sus hogares y después de un temporada de tranquilidad tenían pensado volver a juntarse. Vai sería de los primeros en llegar a casa, Brem, ya que se encontraba más cerca de la frontera, a otros como Mauro el ogro, que vivía en Muros, les esperaban viajes más largos aún hasta ver de nuevo sus casas. Acompañándolos viajaban tres halflings, que se nombraron a si mismos, la Compañía Tetera, Mikked, Garled y Flaneon. Los tres medianos conocieron a los mercenarios durante su estancia en la Asamblea, en la que una vez salidos del orfanato los jóvenes halflings salieron al mundo a buscarse la vida. Aunque nunca desempeñaron un papel crucial en las campañas, siempre se encargaban de cuestiones auxiliares y de una manera u otra facilitaban la vida a los mercenarios.

 Por último, al final de la columna avanzaban juntos dos compañías, el Chelin Quebrado y la Buona Scelta. La primera compañía era una mezcla de distintas compañías mercenarias imperiales que conocieron en las Milicias Auxiliares. Aunque su número descendió a 7 miembros durante la Guerra, Bill el líder, estaba decidido a reorganizar la compañía. Para ello se afincarían en Middenheim y acordaron con las demás compañías que acompañarían a la columna hasta la ciudad y después sus caminos se separarían. Por otro lado, estaba la compañía de ballesteros tileanos Buona Scelta, dirigida por Bruno y otros 5 hombres más. El objetivo de estos en cambio, era llegar a Tilea para reclutar más hombres y volver al Imperio a vender sus servicios. Aun habiendo luchado en decenas de batallas con los estalianos, la relación entre las dos compañías era poco amistosa en general. Los estalianos echaban en cara a los tileanos que casi siempre los dejaban en la estacada y que trabajaban lo mínimo para ganar lo máximo. De la misma manera su arrogante jefe Bruno acusaba a los estalianos de lo mismo. Aun así seguían su camino juntos ya que se necesitaban los unos a los otros.

A Vai le parecían que las sombras le perseguían entre los árboles. Se fijó más atentamente en ellos y le pareció ver una sombra que no era ni roca y maleza y apretó su mano contra la empuñadura de la espada. Al momento Pere gritó:
- ¡Mirad! ¡Eso debe de ser Ulricsberg!
 Todos los estalianos miraron hacia donde apuntaba Pere con su dedo y vieron la rebanada montaña a lo lejos. Vai volvió a mirar al lugar donde estaba la sombra y no vio más que roca y maleza.

 Fuente;

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